Arquitectura: ¿una actividad artística?

Millán Esquivel Andrea                                                                                       11/Septiembre/2018

Arquitectura: ¿una actividad artística?

(Antonio Toca Fernández)








La creencia de que la profesión de los arquitectos es considerada una actividad artística ha sido una suposición que ha durado por siglos. 

Vitruvio definió a la arquitectura como "una creencia adornada de muchas disciplinas y diversas enseñanzas" y que la construcción debería lograr "firmeza, utilidad y belleza" señalando la importancia de ese orden para cualquier obra. Aunque muchas veces se pone en primer plano la belleza sobre la firmeza.

Tanto los griegos como los romanos han definido que el arte práctico debía de tener tres principios:
  1. Causa finalis: Tener un fin o utilidad explícita.
  2. Causa formalis: Integrar una forma que cumpla con todos los requisitos solicitados.
  3. Causa materialis: El arte de hacer o construir.
Los griegos definían a este proceso de integración como kalos (luminosidad o resplandor) definiendo así a la obra que guarde una coherencia formal y funcional; pero fue Vitruvio quien introdujo la palabra "belleza" y desde entonces se dio una percepción hacía las obras a darles un valor subjetivo, el cual no puede ser evaluado.

Arístoteles había definido dos clases de arte:
  • Arte: cuyo fin es servirse a sí mismo.
  • Arte Práctico: cuyo fin es servir un propósito.
Siendo así, las características de la arquitectura las de un arte práctico.

Autonomía de la arquitectura
Muchas veces se cree que el trabajo del arquitecto es autónomo pero no es así, el arquitecto depende de los presupuestos, reglamentos, restricciones y de muchas personas para realizar la construcción.
En un estudio realizado a las compañías importantes sobre las razones por las que contrataban sus proyectos con alguna oficina de arquitectos se obtuvo que:

  1. La oficina desarrolló el proyecto dentro del presupuesto solicitado.
  2. El edificio funcionó adecuadamente.
  3. El proyecto se entregó a tiempo.
  4. La habilidad del arquitecto para trabajar en equipo.
  5. La calidad estética del proyecto.
Lo que ha sucedido con la práctica y la enseñanza de la arquitectura es que se ha privilegiado su valor artístico, en obras que anteponen la forma exterior por encima de aspectos ambientales, económicos, funcionales, técnicos y sociales; descuidando todo el proceso de diseño. Muchos arquitectos suponen que deben mantener su privilegio separándose de los constructores pero esta idea es errónea y lo conduce a asumir las consecuencias de su proyecto.




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